“Los premios de Legal 500 son un fraude. Ayer premiaron como abogada del año a una tipa que no distingue un sindicato de un cangrejo. Una verdadera decepción sentirse tratado como un colonizado por unos gringos colonizadores (que, además, cobran dinero por un triste espectáculo)”, escribió cerca de las 10 de la mañana del miércoles Luis Lizama, abogado y profesor de Derecho en la Universidad de Chile.

La noche antes, en el hotel Mandarin, cerca de 250 juristas habían participado en la comida anual que realiza el ranking estadounidense -cuyo valor por mesa para 10 personas cuesta US$8.000- y que premia a los abogados más destacados de la plaza. Lizama esperaba ganar en la categoría Laboral y Empleo, comentan en su entorno, razón por la cual habría posteado el molesto mensaje. 

No tardaron en llegar las reacciones. Y tras el revuelo, Luis Lizama eliminó el posteo en la red social y lo reemplazó por otro: “Mi incomodidad respecto a un tema no puede llevarme a una crítica destemplada. Cometí un error en un post anterior, por lo que pido disculpas a quien ofendí y descalifiqué públicamente, también a quienes leyeron esa publicación por la pésima forma en que me expresé”.

Miranda: “Cuando lo vi pensé que era falso”
Paulina Miranda, la socia de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU), que obtuvo el reconocimiento en la categoría, cuenta que el miércoles se despertó feliz por el premio obtenido y que cuando cuando se dirigía a la oficina recibió un pantallazo de uno de los socios del estudio con el post de Lizama.

“Quedé en shock, totalmente atónita. Cuando lo vi, pensé que era falso”, asegura la abogada especializada en la práctica laboral.

Cerca de las 13 horas de ese mismo día, los socios de PPU le escribieron una carta a Luis Lizama, en la que el socio director del estudio, Carlos Alberto Reyes señaló:

“Consideramos que la publicación de su autoría, no solo es inapropiada, sino que también afecta injustamente la reputación de una profesional que ha demostrado su compromiso y excelencia en su trabajo. La difusión de comentarios negativos y arbitrarios se aleja completamente de nuestra formación legal, cuyos principios se basan en asegurar que los profesionales del derecho actuemos con integridad, responsabilidad y altos estándares morales y éticos”.

Y agregaron: “Asimismo, su actitud atenta contra los principios universales de inclusión, diversidad y no discriminación ni violencia por género, los cuales son esenciales para promover una necesaria y justa incorporación y avance de las mujeres en el ejercicio de nuestra profesión. Es evidente que su conducta no contribuye en nada a mantener un ambiente de respeto, camaradería y profesionalismo en nuestras interacciones, tanto en persona como en las plataformas digitales. El daño ocasionado por sus ofensas puede ser enmendado mediante disculpas públicas en el mismo medio”.

La respuesta -a título personal- del abogado en cuestión llegó la tarde del día siguiente, dirigida a Reyes: “Concuerdo en todas las consideraciones que hace en su misiva y mediante esta carta quiero ofrecer disculpas a todos los socios de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, pero en particular a la socia Paulina Miranda, aludida en mi publicación en la red social señalada”.

Y añade: “Luego de un proceso de reflexión personal y gracias al equipo de Lizama Abogados que me hizo dar cuenta de lo profundo de mi error, al mediodía de ayer procedí a borrar la publicación en cuestión. Momentos más tarde publiqué una disculpa pública en la misma red, pues consideré importante transmitir por la misma vía (LinkedIn) este cambio de opinión. También lo señalo en relación a que ya estaba en público conocimiento lo que concretamente me pidió ayer, incluso antes de recibir su comunicación. No tengo justificación posible por mi actuar en un espacio público, por lo que espero que mis sinceras disculpas puedan menguar la razonable molestia que puedan tener la afectada y el estudio en general”.

Para cerrar, ofreció juntarse con Reyes y con Miranda.